Mundo, yo no podía ir al Perú, probar su
comida y quedarme callada, esto que escribo hoy más que una historia a contar
es un deber cosmopolita, cada región y cada pueblo cuenta su historia a través
de la cocina, en el caso de Perú hay mucho que contar, se que me voy a quedar
corta con lo que escriba pero aquí va mi granito de arena para que sepan de mi
experiencia en las tierras sudamericanas de los Incas y tantas otras tribus y
civilizaciones que enriquecen este lugar.
Quien no ha escuchado hablar sobre las
delicias de la comida peruana? Lo exótico de su cocina convierte a Perú en una
experiencia gastronómica incomparable, ojo que no dije insuperable porque
valoro y reconozco que en la variedad está el gusto y así podemos listar muchos
países con una gastronomía deliciosa y única.
Un buen amigo me llevo a Punta Sal en
Miraflores en la ciudad de Lima, buen amigo porque los Buenos amigos nos llevan
a este tipo de lugares.
Malecón Cisneros,
cuadra 3,
Esquina con
Tripoli. Miraflores
Punta Sal es un restaurante con vista al
mar, la decoración del lugar es Blanca y azul, muy Hermosa y nítida, se puede
notar que la mayoría de los que frecuentan el lugar son locales, siendo una cebichería
la costumbre es abrir temprano y cerrar temprano, Punta Azul cierra a las 5:30
de la tarde por tanto es idóneo para el almuerzo acompañados de una cerveza
cusqueña o un pisco sour.
Ahora les cuento un poco sobre la comida: con
el objetivo de probar un poquito de lo mejor pedimos un piqueo 4 puertos,
platillo que contiene cebiche de pescado y de pulpo, tiradito, causa, palta o
también conocido como aguacate, maíz y camote cocido para conseguir el
contraste entre lo dulce del camote y la acidez del cebiche.
El cebiche de pescado muy fresco y la cebolla
roja perfectamente marinada con el limón es un deleite al paladar, de igual
manera el tiradito de pescado con una salsa de mango son perfectos para iniciar
una buena comida, la causa es probablemente la mejor que he probado hasta la
fecha ya que la papa con la que es hecha es un tipo diferente al que había
probado antes, es una papa amarilla y con mas sabor; por su lado el tiradito es
un filete de corvina si no me equivoco ( me pareció muy peculiar y bueno que la
corvina es muy común en Perú, a diferencia de Estados Unidos donde se compra a
$18 la libra por lo general), es un pescado muy sabroso tanto en el cebiche como
en el tiradito.
Para aquellos que también nos gusta el lujo
de vez en cuando les recomiendo el restaurante en el Country Club, ubicado en la exclusividad de San Isidro en Lima.
Excelente ambiente para una comida de
negocios, el bar y el restaurante tienen un contexto clásico y elegante con una
decoración histórica y de muy buen gusto, el menú es pequeño pero con recetas
muy exóticas y cada platillo expele exquisitez, la corvina empanizada con
kiwicha, una fruta de la selva peruana con alto contenido de fibra, acompañado
de risoto con reducción de maracuyá son toda una experiencia, sin embargo lo
que se robo la atención de mi tarde fue el pisco de aguaymanto, esta es también
una fruta selvática , la bebida tiene un color rosáceo, es suave al paladar,
apenas dulce, un poco espumoso pero sumamente delicioso.
Ahora nos movemos hasta el Cuzco, tierra de
altura y mate de coca, punto de partida para los que quieren llegar hasta Machu
Pichu y aquí la comida no podía hacer quedar mal a la muy diversa cultura
peruana, la mejor recomendación al llegar al Cuzco es tomar té de mate de coca
para evitar mareos debido a la altitud, el té en realidad no tiene mucho sabor
y si tuviera que compararlo con algún otro sería con el té de zacate de limón
que se toma en Honduras.
Santa Catalina
Angosta, 135.
Plaza de Armas,
Cusco
Un lugar elegante e idóneo para ir con la
familia, amigos, amigas, en pareja e incluso solo y sentarse en el bar, el
restaurante cuenta con un horno de barro en el centro del local en donde
cocinan las pastas.
Yo probé en Incanto el muy afamado Ají de gallina, pues no
iba a llegar a la tierra del ají y no probarlo; a mi en particular me gusta
pedir el ají de gallina sin papa, disfruto el arroz blanco con esa crema de
pollo y ají amarillo con que es elaborado, las aceitunas Kalamata no faltan en
este platillo, un toque de maní y un pedacito de huevo para decorar, la
presentación es linda y el tamaño de las porciones es ideal.
Me quedaron muchas cosas por probar en la
cocina peruana pero honestamente quise ser prudente en este primer viaje debido
a que la altura en el Cuzco es casi los 3,500 metros sobre el nivel del mar y
cuando no se esta acostumbrada a semejante altitud es mejor seguir los consejos
de la gente local y no abusar de lo que se come, para una próxima visita dejo pendiente
la alpaca, el chuño, el cuy quizá y mucho más…Hasta las próxima Perú!
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